clavel cristal

Soy de existencia abstracta,

flotante en el formol de un clavel de cristal.

mi cuerpo duerme fuera del reloj cuando la mente intacta

escucha que retumba en mis huesos rabiosa,la quietud total.

Sí la perfección no te torna en un busto marmóreo fantasmal, no es tal,

existir es imperfección en movimiento , sin atajos.

trasciendo la inercia de la incorporeidad etérea y  me vuelvo real

ofreciéndote en bandeja mi corazon abierto en gajos.

 

Viborean mis venas viendo chispear el cielo razzo

y avanzan los pimpollos floreados cuando se contrae el musgo respirando.

la tinta negra deja las pupilas ciegas

oscuridad total en la manta de seda

 

ciega en mi casa

no veo nada, pero veo tanto

descascarándose, la luz arrasa

y se cuela por mis grietas explotando el ocaso.

entregarse al amor es morir sobre terciopelo, suave aunque no lo sientas

me dice que tiene mi muñeco atravesado con alfileres para que no le mienta

y cuando me sentía entre la risa y el llanto

entre el asombro y el espanto

sobre la corona de espinas en mi cabeza sangrando,  coloca sonriendo un halo.

Crema de rivotril

2 miligramos de crema de nube escurriendo por mi neura, vida suspendida que ya no duele, en la plaza que me apretaste la mano fuerte, hoy intentaba recordar quién era.

Me hundo despacio en anestesia movediza, girando entre las amapolas naranjas,

porque ya no tengo más ganas para tanta prisa, porque inhalé todas mis franjas.

Besos secos con labios partidos que derriten el tiempo torpe

es todo lo que puede conectar mi mente fritada, «muchas lágrimas pero no siento nada»

se auto contempla la lechuga babosa de lengua arrastrada.

En los hombros de morfeo paseo por la ciudad vieja, diez miligramos de crema que en los charcos se reflejan.

«Creo que te conozco de algún lado» perdón que no pueda saludar , capaz porque me odio tal vez porque no está, otro día será.

Te ama, clonazepam.

moscas verdes de terciopelo

Tan desapaciblemente grutales y repulsivas que a veces despliegan un aura de suavidad intranquila revolotean hurañas las moscas verdes aterciopeladas.  Zumbando torpemente chocan llenas de mierda contra tu silueta de goma transpirada.

Qué asco me dan las moscas verdes aterciopeladas!

sus alas diáfanas proyectando arcoiris desafían los ojos horrorizados que optan por mirarlas, esas impuras centinelas de los interfectos zumban al unisono en un mantra y mientras todos escapan del beso mucilaginoso  porque nadie quiere ser un nido de gusanos de terciopelo, se posan en tu cama frotan sus manos y vomitan tus almohadas.

¿Las rechazarían si cantaran?  ¿ Sí fueran figuras exánimes a lo lejos sentadas? ¿Si no fueran de terciopelo verde sino doradas?

Jamás.

odio las moscas verdes aterciopeladas

abortando peces

De plástico materna, cubierta por mariposas, nada la princesa en las ondas nacaradas del espejo. Abrazada por las maretazas perlinas para que nadie escuche cuando grita. Las olas que revientan la escalera de cristal cortan sus pies de par en par y resbalando con su sangre mientras se fugan las estrellas, todos la ven caminar. Donde gotea la ambrosía escarlata crecen tulipanes entre las ratas , cuando tropieza su pelo cae y todos la veían, la escalera regada con mariposas muertas tiembla con sus risas. inmutable se desplaza adornada con escamas, mientras quienes la observan ansían devorarla.

el letargo azul se resquebraja con la palabra amarga , de plástico y materna no deja de llorar cayendo de rodillas antes del final. Plástico se despoja de la maternidad  al borde de la escalera, abortando peces la abraza su soledad

duelen las flores

Duelen las flores ,

hoy imaginé tu risa.

desde mi descomposición recalcitrante se manifiesta la primavera.

 duelen las flores,

taza vacía

 Me cortan los brotes violentos con prisa,

Sola y floreciente me acuesto en la cama fría,

escurren las paredes,

punzan las flores. duele la vida.

Nido de arañas recubierto en rosas color té ya no te acordás de la brisa.

 El vago reflejo de lo que eras, cubierto por un manto de gusanos de seda,

 ojos muy cansados,

piel de perla.

Con mi muerte paulatina se hacen un festín mis rosas purulentas.

Me hamacan las mandrágoras hasta el cielo,  enredadas en mis piernas.

Tuve que imaginarte porque no recuerdo como eras.

Cuánto más me muero, más floridas mis praderas.

duele la flor que mientras crece quema

Más flores.

Más muerta.

69

Soy una fantasía sexual efebofílica de queroseno, con corazón de papel y piel ardiendo en llamas que devoran el látex burbujeante de mis ojos vacantes en una sinfonía de exquisitos sonidos ahogados, tan lentamente que bordea la destrucción de los segundos.

La sangre furiosa que corona los dedos mugrientos que metés en tu boca,conforme fluyo desde tu nariz, para recorrer tu mandíbula inquieta, muriendo en tus pechos

Soy los vestigios de tu ya desdibujada sanidad, montándose en un etéreo corcel blanco           que se desplaza grácilmente por el cementerio de percepciones falsamente endulzadas, sonriendo mientras saludo : «Hasta nunca puta!»

Soy la imposibilidad de negarme a tan perversa amante, mujer blanca y brillante escupime y reventame a patadas eternamente, solo encuentro el éxtasis en el nirvana que suponen tus manos abrazando mi cuello con odio, me embriaga el licor sádico.

El cálido manto de la penumbra total, inesperadamente tendido sobre tus ojos

Cada. uno. de los latidos violentos que retumban en tu cabeza   -ahí estoy- .

Soy los espirales de humo perforando de un abrazo a tus pulmones  impidiéndote  respirar, sumergiéndote en un idilio de oscuridad eléctrica con fuerte aroma a cera de vela y bucles de querubines quemados, hasta golpearte contra el suelo que será testigo de tu vuelta a la tangibilidad en forma de flor dormida.

occiso pútrido velado en azucar

occiso pútrido velado en azúcar .

idílico festín magnético para cientos de moscas palpitantes en deseo de vomitar tu piel.todos vemos a través de tu pobre excusa de velo endulzado,no sos un caramelo, estas muer-ta

desnuda y solo envuelta en piel sintética te diriges al centro. Las gotas brotando de tu frente y el fulgor satinado de tu piel dan credibilidad a la existencia de un alma candoluminiscente en tu cascara

helada , se condensa tu vida

luces encendidas, nadie. en. casa.

se tensan los alambres bajo la piel apresurando tu caminar,con el movimiento bailan las galaxias de moretones en tus piernas,casi al ritmo de la exhalación de las paredes que te rodean, Hasta que llegas, a -su- destino, dónde te esperan los perfumes genéricos de farmacia con las fauces salpicadas de rouge palpando sus perlas sin despegar sus cuatro ojos de ti.vamos a pasear en el carrusel de los delirios y nadie me pregunta. No me hagas irme ahora!

Los dedos contando las costillas como un rosario de huesos solo para comprobar que no te has ido. Empieza la lapidación propiciada por los perfumes que disfrazan las piedras con juicios  aterciopelados  , risitas entre los seseos de sus lenguas viperinas, mientras escupes tus dientes y gotea la sangre por tus tetas manchando tus pieles sintéticas,

-me hicieron irme a pesar de negarme-

en proceder ritualistico una vez lapidada, me conducen hacia la mesa, simultáneamente zumban palabras ilegibles al unisono, se interrumpen, me arde la piel   -te estas yendo pero no lo ven-

 arañan -los- cuervos -tu jaula- de -huesos.
el perfume mas redondo y empalagoso vierte un menjunje en tu plato

se vuelven a tensar los alambres esbozando una sonrisa.

helada, se condensa tu vida.

 se derriten las paredes y empiezan a salir de tus manos unas pequeñas larvas blancas

 los perfumes tragan, mastican su respiración se agita en irritante sinfonía que hipnotiza a los gusanos invitándolos a brotar en espirales  bailando hacia afuera

 te levantas a llevar tu plato,de un tirón los puntos que mantienen a la linea vertical que  atraviesa tu cuerpo y uniendo tus partes se revientan.  punto.  por.  punto.  ante tus ojos ahora entrando en absoluto pánico

 gira el carrusel con intensidad, los corceles adornados con caireles descuidados  pintura resquebrajada y ojos tristes se funden en la música

 se abren los puntos, se abre tu cuerpo y las manos embichadas se despojan de la piel sintética

 desnuda y abierta de par en par,  una cascada de viruta cae furiosamente vaciando tu cascara por completo. Sin vida se desploma sobre la mesa, encima de una cucharita con apenas un extremo sobresaliendo del azucarero, la misma salió disparada tapandola apenas de azcuar  ,con el rostro dentro del menjunje  burbujeando en ultima exhalación y con los gusanos recorriendo la mesa

los perfumes gritan en espanto

llegaste a TU destino.