Vacío

colgando sin resbalar en el párpado lagrimoso de la tortura existencial
Es el final del camino
y se reduce al bien o al mal.
Muerdo ciega de odio mis labios al escuchar
Cada sentencia de vida y el ideal accionar
Cuando no podía lograr explotar esa alegría, cargué el occiso de la niña curiosa
llevándola a dormir al ocaso del día
Dejé de existir cuando fui sumergida
Ahogada, a penas viva, Con mi cabeza erguida.
Para animales, animalada, o tu mano rozando mi culpa corporea, sangre entre las piernas y ahogarse al vomitar, cuando me molian a piñas aprendi a disociar y salirme de las formas. La voluntad aplica a gente sana
La invalidación del sentimiento te bidimensiona en partes planas.

Deja un comentario